Un poco sobre mi música y yo

  • Bueno, he decidido utilizar esta sección  blogera de Sonicspace para ir dejando aquí reflexiones, ideas, pensamientos, recuerdos, añoranzas, frustraciones, anhelos y demás cosas que nos hacen como somos, y que tengan que ver con la música y la tecnología musical, y conmigo mismo.

     

    Nunca estudié música. Mis padres no eran de esos que te apuntaban a mil materias, ni tampoco era algo que estuviese tan de moda como ahora. Lo cierto es que tenía buen sentido del ritmo, ya de pequeño me daba por hacer ritmos de cascos de caballo al galope con las manos, y tarareaba muchas melodías, sobre todo instrumentales, bandas sonoras que escuchaba en la tele o la radio. Dejé de tararear cuando se me agrabó la voz... definitivamente, mi camino debía de estar en la música instrumental.

    Nunca me gustaron los grupos de las radiofórmulas, de hecho. Cuando era pequeño mi abuela, en Madrid, me decía que cuando creciera sí me gustaría, y que me compraría discos comotodos los chicos, ante lo cual, yo negaba escéptico. La música pop y rock convencional siempre me pareció y en su mayoría, aúme parece, muy aburrida.

    ¿Qué música escuchaba? Pues la que sonaba en la tele y la radio que me llamara la atención, las bandas sonoras... cogía un magnetofón y grababa en vivo la música de las películas que ponía en el vídeo, pues no teníamos equipo hi-fi en casa. Sólo un mueble tocadiscos en el que nuestro padre nos ponía la música de los Payasos de la tele, (Que gran canción, Susanita, XD), La Ramona, que cantaba un ilustre actor cómico español, y cosas así, de alta alcurnia. La clección de discos de música clásica criaba polvo, hasta que tuve edad de provisionarme de ella, y entonces tuve mi primera cadena con CD y la colección siguió cultivando polvo.

    En fin, ¿Qué música me llamaba la atención? Bueno programas como Tocata o Rockpop estaban muy bien, pese a que la gran mayoría de lo que escuchaba allí me dejaba indiferente, la verdad es que no había más cadenas entonces, así que te quedabas viendo aquello, y aveces salían cosas alucinantes, como el videoclip de ZOOLOOK, (Aunque yo entonces ni repajolera de quien era Jean Michel Jarre), la música de La Historia Interminable, Orinoco Flow de Enya...

    Más tarde Jarre ntró en mi vida, cuando contaba yo 16 años, y seguía fiel a mis principios de no comprarme ningún disco. Hasta que me compré el IMAGES. Fue una revolución en mi vida cuyos ecos perdurarán hasta el último día de ella. Lo cierto es que en 1987 había visto e un programa de conciertos de los sábados por la tarde, a un tío estrafalario tocado con sombrero texano,tocando órganos de luces entre rascacielos de los que salían fuegos artificiales a la vez que sonaba una música que me sonaba de toda mi vida, y que, a la vez, me recordaba al futuro. Era Jean Michel Jarre tocando EQUINOXE, Part Five, en Houston. Mi padre cambió enseguida, diciendo que que mierda era aquello, yo tenía 12 años, a ver campeonatos de europa de natación, o algo así, pero cuando vi que no le iba la vida en aquello insistí para cambiar otra vez a la primera... joder, mira que había pocos canales, pero el zaping se lleva en la sangre. Claro que no estaban acostumbrados a que yo dijera esta boca esmía por algo que tuviera que ver con ver a un músico en la tele. Cambié a tiempo para ver Fourth Rendez Vous. Fue emocionantísimo para mí. Lo recordé durante años, sin saber ni como se llamaba aquel tipo, guardado en un rincón de mimente donde estan las cosas ilusionantes, misteriosas, míticas... en suma, fantásticas. Aquello ERA DISTINTO, diferente. Me gustó.

    Total, que cuando en un anuncio de la tele oigo un pulado de fragmentos musicales de fondo con un tío ante un fondo de cielo azul medio nublado, y una voz diciendo: "IMAGES, nunca nadie ha sabido poner mejor música a la imaginación", y entre esas músicas, Rendez Vous 4, flipé en colores. Por primera vez yo asociaba la idea de que la industria discografia y música que me gustara pudieran ir de la mano.

    IMAGES, en cinta de cassette, comprada en un Crisol madrileño frente a una cafetería con una palmera luminiscente, en las navidades del 1991-1992, fue mi primer disco.

    Ni que decir tiene que el segundo, tercero, cuarto, fueron todos de aquel músico que resultó ser Jean Michel Jarre.

    Ese mismo año, en mi mente se formó la idea, tras ver el vídeo de los conciertos en China, de que podía por fin utilizar el organo de viento Bontempi que nos habían regalado, a mi hermana y amí, para nuestra comunión, para algo. Así que le quité el trapo que evitaba que se llenara de polvo, y en un periquete tocaba EQUINOXE 5... y mi aventura con la música comenzó. Cogía palillos, pinceles y aporreaba con ellos reglas para seguir el ritmo de la música en mi nueva cadena, cogía el Bontempi en badolera, aunque distaba bastante de estar diseñado para tal fin...

    Siempre he sido consciente de que cada instrumento que ha pasado por mi vida me ha hecho el músico que soy hoy, y que siempre será así, Uno aprende a golpe de la tecnología que usa.

    Con el Bontempi aprendía atocar melodías. Nunca fui de covers, salvo en los comienzos mismos,  en que imitaba a  mi nuevo ídolo. Creo que la música ya creada está hecha con la perfección e ideas de su creador, y que los covers, aunque pueden venir bien para aprender, pco nuevo ofrecen, así que siempre prefería inventar mis propias melodías. Mi siguiente teclado, un año después, cuando al Bontempi ya se le caían alguna teclas, fue mi primer teclado electrónico de verdad, no un secador de pelo con teclas. Era un Yamaha PSR 200, en el que aprendía a tocar siguiendo sus ritmos. Luego empezé a trabajar, la dura realidad de la vida, y todo eso, cuando dejé la universidad, y eso me dio algo de independencia para comprarme cada mes la Future Music y los instrumentos que podía abordar e iba descubriendo en ella.

    Una revista muy especial que poco a pooc hizo calar en mi mente la idea de que hacer música de calidad como la que le gusta a uno podía llegar a ser posible. Así me compré un Yamaha DJX, en el que por primera vez mezclé pistas, y me sirvió para aprender a tocar acordes de tríadas. Después un Roland EG 101, magnífico, para lo que hacía, luego mi primer workstation, un GEM Equinox, un korg MS 2000 que fue la artillería pesada de buena parte de mis primeras maquetas... la primera de ellas la grabé en un cuatro pistas de cassette que parecía de juguete. Me comrpé un grabador de CDs y todo por la ilusión que me hacía la idea de tener en mis manos un CD con música hecha por mí. Aunque la maqueta no tuvo mucho éxito. pues justo por aquellas fechas empezé a difundir mi obra musical en la red, ya desde la primera maqueta... no tenía inernet, pero iba a ciber cafés. Es una batlla que he tenido que librar durante años. Alguien con sueños, imaginativo, y a la vez un poco vehemente ya veces neurótico, es normal que termine partiéndose el pecho en los foros internáuticos. Obviamente, con el timepo, te da cuenta de que no hay que entrar siempre al trapo, y de que hay que ver las cosas con perspectiva. Hize un montón de maquetas sin ordenador. Mejoré algo mi equipo, empezé a usar comprsores, pero tocaba todo a mano, sin secuenciar , ni tan siquiera sincronizacoión de reloj MIDI, y he de decir que aún hoy descubro alguna vieja pista olvidada que me llena de orgullo y admiración.

    Descubrir Reason fue un regalo caído del cielo. Eso fue lo que me hizo comprar mi primer ordenador. Un software que se parecía tanto al hardware que había empezado a comprender y a admirar en las revistas. Y con Reason sigo hoy, esperando actualizarme a la nueva versión, más Record. Llevo ya cuatro años con Reason. También tengo un Roland V Synth XT y un Korg Radias que quiero sumar a mi primer álbum, en el cual trabajo desde hace más de un año en mi tiempo libre. Se llama EXOPLANETA (aunque ha tenido varios títulos de trabajo). No lo considero ya una maqueta. Lo considero como mi primer álbum, y no tengo prisa en terminarlo, aunque cada paso que doy en él lo voy enseñando en lared, porque por mi carácter me sería imposible trabajar durante tanto tiempo de forma anónima.

    Mi sueño, como digo en mi espacio de Soundclick, es llegar a hacer música chispeante y emocionante como la de Jean Michel Jarre. también me gustan Vangelis, Enya, Moby, y muchas más músicas, pero serán los álbumes de Jarre del siglo XX los que más marquen siempre mi camino.

    Dentro de poco Jarre tocará en Santiago de nuevo. Cuando lo vi la primera vez que vino a España, en aquel Xacobeo del 93, no me lo creía; sólo hacía año y medio que era fan y allí lo tenía. Fue una de las mejores noches de mi vida. hoy, una media vida después, parece ser que vuelve por aquí, y, hay, todo lo que tocará vuelve a ser de ese siglo XX, y es que, a la vez que Jarre ha ido dejando de producir álbumes como los de antaño, ha ido creciendo en mi interior el sentimiento de que yo mismo tengo que produrarme el tipo de música que más me gusta. es inevitable ir marcando tu propio estilo; y es además necesario, pero en esencia mi ambición no es otra que hacer la música que amí como oyente me gustaría esuchar.

     

    Por si alguien lo lee!