Juan Manuel Ávila Ocaña said:
Yo lo haría más variado y con unos plazos más amplios.
Respecto a los plazos, digo por experiencia propia que convocar concursos con plazos muy cortos termina desembocando en falta de participantes y en producciones inacabadas. Deberían ser de al menos 20 días (darían para 18 concursos al año, que está muy bien). Pienso que lo ideal sería uno al mes. Así siempre se sabe cuándo empieza y acaba y los participantes pueden organizarse su tiempo.
En cuanto a la mecánica, yo iría alternando entre distintas categorías. Podría haber concursos de estilo libre, otros restringidos a estilos concretos, otros limitados a un conjunto de sonidos o instrumentos. La idea de restringir o limitar no debe tomarse como algo negativo, al contrario, se trata de potenciar la creatividad y demostrar lo que se puede hacer dentro de unos límites. Además así es más fácil comparar los resultados y valorar las técnicas. Otra ventaja de las limitaciones es que nos aseguran obras exclusivas, creadas específicamente para la ocasión, y así se evita que los participantes tiren de repertorio más o menos inédito (sin quitar ningún mérito a lo que ya está hecho).
Muy importante para la organización sería indicar qué aspectos se van a valorar, quién lo va a hacer y cómo, porque luego hay mucha polémica debido a los participantes indignados (muchos participantes se creen merecedores de premio, lo cual es perfectamente humano). Poner las votaciones en manos del público puede desvirtuar los resultados (todos sabemos lo que pasa con las hordas inesperadas de "amigos" votantes). Dejar el criterio exclusivamente en manos de un jurado suele ser una buena fórmula, pero quizás sea poco democrática. Una mezcla de ambos sistemas podría resultar más equitativa.
Y quizás lo más importante para el éxito de las convocatorias es que los premios sean importantes también.
